Los personajes
LOS PERSONAJES
Cuando lees un relato de ficción lo primero y más importante que estás haciendo es conocer gente. Los personajes son el núcleo de cualquier historia. Los que interactúan e influyen en todos los demás elementos de la ficción. Los personajes son el motor narrativo, quienes transportan al lector desde la primera hasta la última página haciendo que le importe lo que les ocurre. Los buenos escritores son capaces de crear la sensación de que sus personajes son reales, son personas de carne y hueso que viven, respiran, piensan y tienen emociones.
El deseo
Todo personaje debería querer algo. Dedicar tiempo a definir un gran deseo en el personaje principal hará que la línea argumental crezca de forma orgánica a partir de esa necesidad. El deseo es la fuerza que empuja a la naturaleza humana, y si se aplica a los personajes se crea el impulso que hace avanzar la historia. Los personajes pueden tener deseos enormes y apasionantes como escalar el Everest. O menores y más sencillos como beberse un quinto de cerveza helada para escapar de una discusión acalorada o intentar cultivar melones en macetas.
El tamaño o la importancia de lo que se desea no es tan significativo como que el personaje lo desee con intensidad. Ejemplo: En el relato El robo de Katherine Anne Porter, el personaje principal solo quiere recuperar su bolso vacío. Su deseo es muy importante para ella y, por eso, se convierte en importante para el lector. Que el personaje desee algo con fuerza permite al lector identificarse y simpatizar con él.
ACTIVIDAD:
- Vas a idear un personaje. Como puede resultar difícil, para inspirarte piensa en alguien real de tu entorno: un amigo, familiar, o utiliza a un padre o una madre o un hijo que esté teniendo problemas con su propio padre o madre o hijo.
- Piensa una meta o un deseo que quiere alcanzar ese personaje. Haz que sea algo específico -dinero, mejorar en el trabajo, el contacto con cierta persona- en lugar de algo abstracto como amor o crecimiento personal.
Mostrar y describir
La pregunta clave sigue siendo: ¿cómo ponemos sobre el papel a personas aparentemente reales y las dotamos de humanidad utilizando tan solo palabras?. Hay dos maneras básicas de crear un personaje de ficción: mostrar y describir.
A veces lo más eficiente es que el narrador simplemente describa el personaje para el lector. Sin embargo, mostrar la información es mucho más interesante que describirla, y haciéndolo se le brinda al lector la posibilidad de tener una mayor participación activa en la lectura.
Ejemplo:
Greta es una artista y diseñadora de interiores de veintitrés años a quien no le gusta tener compañeros de piso. La información básica sobre Greta está sobre la mesa y podemos pasar a otra cosa. En este ejemplo de descripción sobre Greta el lector descubre su nombre, su edad, sus ocupaciones y que no le gusta tener compañeros de piso. Sin embargo, en la mayor parte de los casos resultará más potente mostrar la personalidad de Greta en lugar de simplemente describirla.
El truco de mostrar en lugar de describir consiste en revelar los detalles específicos que transmitan la información necesaria mientras la atención del lector siga centrada en las emociones y las acciones del personaje. Por ejemplo:
Tras una estresante semana en el establecimiento del señor Feinmen, experimentando con materiales que pudieran convertir su vestíbulo delantero en una cueva de bajos techos, Greta se sentó en un apartado rincón del café a beber su té. Si su compañera de piso se iba a pasar la noche fuera, podría disponer de algo de tiempo para experimentar con el modelado de la malla de alambre y crear marionetas de esqueletos. Los datos básicos siguen estando presentes en esta versión; te haces una idea de la edad de Greta, nos dice que su trabajo es el de diseñadora de interiores y que no le gusta tener una compañera de piso. Pero en esta versión hay todavía más información. Percibimos el gusto artístico excéntrico e incluso macabro de Greta. También la naturaleza de las dificultades con su compañera de piso comienzan a vislumbrarse: Greta no siente que dispone de su propio espacio para su arte en casa. Además, vemos cómo maneja el estrés: decide ocultarse en una cafetería antes que enfrentarse al problema. Resulta interesante observar que parece preferir entornos parecidos a cuevas tanto en su vida artística como personal. Bebe té, lo que le dice al lector algo distinto de lo que le diría si bebiera cerveza. Si bebiera una copa de cava, también resultaría diferente.
Y lo mejor de todo es que la segunda versión es mucho más interesante de leer porque le brinda la oportunidad al lector de interactuar más con la historia. La atención del lector se mantiene centrada en la acción y en el deseo de Greta, lo que crea impulso y tensión a la par que transmite aspectos de su caracterización.
En general, hay cuatro formas de mostrar los rasgos de un personaje:
- Acción: La personalidad de un personaje puede conocerse simplemente por su manera de tratar al vecino de al lado que siempre deja la basura fuera de su apartamento, por su forma de divertirse los martes por la noche, por cómo se enfrenta al hombre que grita en el tren. La acción suele ser el método más potente de mostrar a un personaje.Ejemplo: En La saga de los Forsyte Irene se ha separado de Soames Forsyte, al que odia.“Soames se había apartado de la ventana para detenerse cerca de Irene, que había buscado refugio en la curva que formaba el piano de cola.—Es muy poco probable que volvamos a vernos —dijo Soames despacio—. ¿Nos damos la mano —le temblaban los labios y las palabras le salieron entrecortadas— y enterramos el pasado?Le tendió la mano. Irene palideció aún más, sus ojos negros se posaron fijamente en los de él y permaneció con las manos entrelazadas.”
- Habla: Los personajes también se revelan a través de lo que dicen. Lo que dice la gente, cómo lo dice y lo que no dice es muy ilustrativo. Si quieres conocer a alguien, ¿qué haces? Hablas con esa persona.Ejemplo: de la obra Tiempos recios de Mario Vargas Llosa.“- Vengo a alertarla, Martita -le dijo, mirándola con cierta alarma en sus ojos claros-. Ccomo sabe de sobra, usted tiene muchos enemigos. por su situación, quiero decir, sus relaciones con el presidente. Y podría verse en un momento difícil, excepcional.-¿Qué significa todo eso, Mike? -lo interrumpió Mrta. No quería parecer asustada, pero lo estaba.
- Apariencia: Una mirada a alguien te puede dar mucha información sobre su personalidad. Podemos sacar conclusiones a partir de su imagen, de su estilo de vestir, de su forma de caminar y de su expresión facial. La apariencia que tenga un personaje le transmitirá información al lector sobre cómo se presenta y qué espacio ocupa esa persona en el mundo.Ejemplo: Galsworthy presenta así a Irene en El propietario, la primera novela de la trilogía:“Una mujer alta, de hermosa figura, a quien alguien de la familia había comparado con una diosa pagana, contemplaba a aquellos dos con una sonrisa indefinida.Tenía las manos, enfundadas en guantes de color gris piedra, cruzadas una sobre la otra, y el rostro, serio y encantador, ligeramente ladeado, atrayendo las miradas de todos los hombres próximos a ella. Su figura se mecía con tanto equilibrio que parecía bastar un soplo de aire para ponerla en movimiento. En sus mejillas había calidez, aunque poco color; los ojos eran grandes, oscuros y aterciopelados; pero eran los labios —al formular una pregunta o dar una respuesta, con aquella leve y enigmática sonrisa—los que atraían las miradas de los hombres; eran delicados, sensuales, dulces y parecían exhalar un calor y una fragancia propios de una flor.”
- Pensamiento: La ficción tiene la flexibilidad suficiente para permitirnos entrar en la mente de los personajes con más gracia y profundidad que en ninguna otra forma de narración. En la ficción podemos desnudar directamente para el lector los pensamientos de un personaje.Ejemplo: de Elvira Lindo, Una palabra tuya“No me gusta ni mi cara ni mi nombre. Bueno las dos cosas han acabado siendo la misma. Es como si me encontrara feliz dentro de este nombre pero sospechara que la vida me arrojó a él, me hizo a él y ya no hay otro que pueda definirme como soy. Y ya no hay escapatoria. Digo Rosario y estoy viendo la imagen que cada noche se refleja en el espejo, la nariz grande, los ojos también grandes pero tristes, la boca bien dibujada pero demasiado fina. Digo Rosario y ahí está toda mi historia contenida, porque la cara no me ha cambiado desde que era pequeña, desde que era niña con nombre de adulta y con un gesto grave.”
(Actividades con textos sacados de libros para determinar de qué forma anterior se trata.)
ACTIVIDAD:
Imagina una persona que entra en la sala de espera del dentista para extraerse una muela por primera vez. Supondremos bastante probable que esta persona se sienta un poco estresada. Manteniendo al personaje en la sala de espera, escribe un pasaje donde se le muestre a través de los cuatro métodos: acción, habla, apariencia y pensamiento.
Una vez mostrados los rasgos del personaje con las cuatro técnicas anteriores, su nombre debe encajar con su personalidad y desempeñar un papel en su caracterización.
ACTIVIDAD:
Abre una revista y apunta un nombre, el que sea. Esa persona será tu personaje. Piensa quién puede ser realmente esa persona. O qué personaje encajaría bien con ese nombre en particular. Deja que se forme una imagen en tu mente. Si te gusta, apunta los detalles sobre ese personaje.